¿Y los demas?

Sinceramente, yo pensé que iría más gente. Todos nos la pasamos laméntandonos de la situación del país, de la necesidad de sacar a Chávez y cuando se presenta una posibilidad de hacer algo, simplemente no vamos. A lo mejor la convocatoria no se hizo masiva y la organización fue muy básica, pero me quedé con las ganas de ver la cantidad de venezolanos que veo en un día cualquiera, concentrados dando apoyo a la Avalancha de la oposición en Venezuela.

Pensé encontrar a las caras conocidas de la oposición que están en Miami, pero con la excepción de algunos militares disidentes, algunos periodistas y el hijo de Manuel Rosales que no quiso montarse en la improvisada tarima, no había gente de la que uno reconoce con sólo verlas.


Había poca gente, pero nonsotros no nos perdemos ni una. Fuimos Betsabé, su hijo Federico y yo. Además mi hija Gaby con Loriel, Alejo, Sergio, Marcos y algunas amigas. Por cierto, fueron los únicos a los que se les ocurrió hacer pancartas en inglés como para que todos los que pasaban por esa zona tan turística, como es Bayside, entendiera quienes éramos y qué estabamos haciendo allí.

Siempre he dicho, yo no puedo evitar que los demás hagan trampa, pero yo cumplo con mi deber: hago acto de presencia y voto. No me gusta tener que quedarme callada sin derecho a pataleo por no cumplir con la parte que me corresponde. Al menos aproveché de inscribirme como voluntaria para el día de las elecciones. Los testigos de mesas y el personal logístico de apoyo, van a jugar un papel clave.



Ojalá que la próxima actividad esté mejor organizada, de manera de que tenga más impacto. Ojalá que asista más gente y que puedan contar con personas representativas que animen a la gente a participar.




Lo que si quiero destacar fue el hecho de que tanto los organizadores como los asistentes, se portaron de una forma súper respetuosa. Nadie interfirió con el tráfico y al final no quedó ni rastro de nuestra presencia porque recogimos hasta el último papelito tirado en el piso.