sábado, septiembre 16, 2006

Estirando la hora del recreo

Anoche nos reunimos en casa, los compañeros de clase y algunos de los miembros honorarios del club. Lo que pasa es que el receso nunca es suficiente para todo lo que queremos compartir, así que una noche libre es un buen momento para hacerlo.
Como verán, algunos empezaron la fiesta desde temprano. Aparentemente, Mercy se convirtió en el conejillo de indias de Rosa probando la sangría antes de llegar. Y aquí están celebrando el resultado.


Pasamos un buen rato comiendo, bebiendo y hablando... adivinen de qué. Pues si, guiones, historias, personajes, clases, tareas, profesores. Todos teníamos algo que contar de la programación actual, como alumnos o como audiencia, y en el caso de Héctor y Erick, que trabajan en eso, como profesionales.
Hasta que por fin, me convertí en DJ y salimos a bailar. Entonces, Ana María recordó que tenía una cámara y tomó algunas fotos.



Poco a poco, todos fueron dejando la timidez y hasta la vergüenza. Incluso Max bailó. Eso si, el día que Héctor, el boricua, se pare de la silla, podremos asegurar que los milagros existen. Aquí entre nos, los mejores bailarines resultaron ser Gisela y su esposo y Erick y su esposa. Claro, ya van a decir que porque son cubanos, pero bueno, así es. Eso si, no les tomamos fotos por envidiosos.

Mención especial merece Héctor Gómez. Tomando en cuenta que los argentinos no se destacan por sus habilidades para entrarle a lo tropical, podemos decir que hizo bastante. En realidad, más que un tema de habilidad, creo que es de actitud: el no le para a nada, simplemente sale a disfrutar. Así que se convirtió en la pareja del baile sensacional.
A todas nos zarandeó y nos hizo probar una y otra vez el típico final de dejarse caer y alzar una pierna al aire, con los brazos abiertos. Dice que algún día logrará que le salga como en las películas.

















Otro que no se queda atrás es Adriano. Brasil viaja con él donde quiera que vaya. Puso a menar las caderas de todas las chicas y a algunas las hizo volar.













De Diego... qué les puedo decir, puro bla,bla. Como dirían en mi pueblo: con tan buena voz y mandando a cantar. Se la pasó toda la noche alentando a los demás a bailar y cuando le tocaba salir al ruedo, ponía una excusa, que si pongan Carlos Vives, que si saquen a Max. Menos mal que su hija salvó el honor de la familia. Salió a bailar regettón y se lo arrastró con ella.

Al final, como siempre, el grupo de los duros de matar: Elsa, Adriano, Rosa, los dos Héctor y yo, nos quedamos hablando de cine y de cualquier otra cosa que se atravesara por el camino.

3 Comments:

At 10:54 a. m., Blogger alegoria said...

Lo cierto es que nos reímos. Y pese a tanta pirueta, no tuviste que limpiar el cráneo de nadie.

 
At 12:21 p. m., Blogger Nostalgia said...

Maria Alecia, que gusto!
me he leído de zopetón todos tus posts recientes y me alegro mucho que haya tanto que contar en tan poco tiempo. Me dió envidia esa rumbita: me hace una faaaaalta echar un pie...
Chévere tu crónica de tu viaje a Vzla y no puedo dejar pasar la oportunidad de enviarle un abrazo de feliz Cumpleaños a tu bella hija..
nos seguimos leyendo ;)
besos ♥

 
At 11:33 a. m., Blogger Maigli Velásquez B. said...

Tienes una niña Virgo! Qué tal te va con eso? jejejejejeje somos un poco difíciles... por llamarlo de alguna forma ;)

Que lindo tu relato de Venezuela. Yo no me veo lejos de todo esto.

Oye, buenísima esa rumbita!

Besos que ladran...

Pregunta: Sumito es tan encantador como se ve en la tele?

 

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