viernes, marzo 03, 2006

Acto cultural (en varios actos)

Me había prometido escribir la reseña del concurso Chica Venezuela USA, después de dormir el trasnocho y con la cabeza un poco más fría para poder narrar los acotencimientos con cierta coherencia, pero no me puedo aguantar porque aparentemente el show no terminó anoche. Los chismes están cada vez mejor y no me los pienso quedar para mi solita. Ja,ja,ja. Voy a tratar de narrar las peripecias de "una noche tan linda como esa" por orden cronológico a ver si nos entendemos. Lo que no les puedo prometer es terminar hoy mismo, porque el sueño me está matando. Pero empecemos con el...

Acto I: Aterrizaje forzozo

El evento era en la discoteca Mansion en South Beach a las 7 pm, mala hora si tomamos en cuenta que era día de trabajo y no sólo es cuesta arriba arreglarse tan rápido sino que además te tienes que calar las colas de la ciudad.
Por supuesto, ya nosotros íbamos tarde y el estrés me mataba. De paso, no encontrábamos donde estacionar a diez cuadras a la redonda y nosotras entaconadas. Así que Pocho nos dejó a media cuadra del sitio y se fue con su hermano a buscar estacionamiento, ya en la cola nos encontramos con Eneida y su hija Luciana. De repente me llama Vicky para decirme que a Diego no lo dejan entrar porque es menor de 21 años. Así que le encasquetamos a Betsabé un nuevo hijo. Cuando íbamos llegando nos dimos cuenta que estaban pidiendo identificación para corroborar la afinidad y en caso de que no la tuvieran o fuese dudosa, los interrogaban cual agentes de inmigración, a ver si era verdad y la primera pregunta era ¿Cuál es tu dirección?. Pero como venezolano pendejo, muere chiquito, enseguida me le acerqué a Betsabé y le pregunté desacaradamente, en español, la dirección de su casa y me le acerqué a Diego para pasarle el dato. Cuando el tipo le hizo la pregunta en inglés, el chamo pasó la prueba.
Vicky me había dicho que me identificara al entrar que nos tocaba la fila No. 11. Pero a todo el que le decía que yo era la mamá de la chica Carabobo me veía con cara de "pregúntame si me importa". Entonces decidí buscarla yo misma pero pronto llegué a la conclusión de que no existía. De repente veo a los padres de Orlany (chica Zulia) y a la mamá de Jessie (chica Táchira) en un espacio reservado y cuando me dirijo a allá, el portero no me abre el paso. Le digo que soy la mamá de la chica Carabobo y estoy buscando mi asiento y el hombre se me queda viendo como guardia real del palacio de Buckingham, ni siquiera movió los ojos. Le repito el cuento en inglés y esta vez, baja discretamente la mirada, me mira la banda que llevo en la muñeca y vuelve a su pose inicial. Seguí buscando por mi cuenta y no encontramos puestos hasta que un patrocinante se apiadó de nosotros y nos cedió sus reservados. Hice una primera inspección y encontré a una cantidad de gente conocida entre clientes, vecinos, gente de medios y viejos amigos. Por ahí andaba el profesor Rui rá, un personaje un medio pavoso que le dio clases de oratoria con un estilo tan anticuado que parecía un Manual de Carreño. Por fin llegaron Pocho, Pelusa, Gaby, (a quien tampoco dejaban entrar porque aunque si era hija de verdad de su padre, raspó las primeras preguntas del examen), Loriel y David. Ya la barra iba tomando forma.

Acto II: El Openning

Una voz en off anuncia que ha comenzado el evento, salen las chicas y toman sus posiciones agachadas en el piso. Comienza la música y las chicas siguen en el piso, sigue la música y nada que se levantan hasta que por fin, alguien se dio cuenta que esa no era la canción. Terminan la danza acompañadas de unas mariposas saltarinas. Luego bailan otra y comienzan a presentarse. Las chicas decían su nombre edad y el estado que representaban, pero al nombrar el estados tenían que abrir los brazos como si bailaran con Yolanda Moreno, alzar la voz y gritarlo cantaíto. Para orgullo mío, mi hija obvió la instrucción. A lo mejor supuso que mejor calarse el regaño que la vergüenza. Lo que no entendí fue por qué si era un concurso de belleza, las niñas salieron con unas pelucas horribles, pasaban mucho tiempo de espaldas y en la segunda canción salieron con unos pareos colocados de una forma que parecían señoras embarazadas. Pero bueno, salen los presentadores: el ex gordo Raúl González y la cubana Rachel Díaz. Saludan, presentan a los promotores, presentan el jurado y ... Carlos Mata no ha llegado. Upps! viene el desfile en traje de baños y falta un miembro del jurado. Después Raúl se encargó de contarle al público que Carlos se estaba copiando de Carolina López en la votación. Salen las chicas en traje de baño, y aunque usted no lo crea, la mayoría metía la coba por delante, pero cuando se volteaban el trasero se les movía, como decía David, "en cuatro tiempos", Betsabé soltaba unas carcajadas de esas que la caracterizan y hacía una presentación paralela: "con ustedes Chica Royal".

Vicky con su traje "prenatal" azul

Acto III: ¿Cuánto vale el show?

Anuncian el primer cantante, cuyo nombre no puedo recordar, pero que se supone que es la imagen latina de los Hard Rock Café. Si ustedes son tan ignorantes como yo y no saben quien es el fulano, les cuento que es una especie de copia barata de David Bisbal con algo de Carlos Baute en sus comienzos, vestido de Ñó que Barato. Al terminar su canción se retira del escenario hasta que le informan que se supone que debe cantar otra canción. De nuevo nos enteramos de las intimidades del show. El tipo dijo que no sabía, pero que bueno, no tenía problemas en cantar otra. Menos mal que al menos le avisaron cual era para que pudiera doblar. Era divertido ver aquello. No solo metían la pata sino que lo comentaban como si no tuvieran los micrófonos abiertos.

Comienza el desfile en traje de gala y de nuevo, mi bebé me llenó de orgullo. Desfiló como una reina, como si tuviera mucha experiencia en la pasarela y lo único que había hecho antes eran desfiles de las tiendas Confetti cuando tenía como 5 años. Mientras tanto, nosotras en el público nos desgañotábamos gritando cada vez que aparecía. De repente, anuncian a una cantante que tampoco había oído nombrar, pero bueno, a lo mejor es que la edad lo aleja a uno de las cosas que están de moda. Sin embargo la tal Virgin, que es presentada con bombos y platillos para cantar su tema Caramelo de Limón, no aparece. A la una, a las dos, a las tres... no aparece. Se crea un vacío que aprovechamos para gritar ¡CARABOBO! y fue tan impactante que decidimos aprovechar cada uno de los baches para hacer lo mismo. Total que después de varios intentos, la chica no aparece y no hay un alma en la organización del evento que le informe a los presentadores qué hacer. Pero como a Raúl le encanta cantar y lo hace bien, se lanza con un par de temas. En vista de que continúa el vacío, le pide a su compañera que aporte algo y ella dice que baila flamenco, así que deciden ir ambos al medio del escenario y mientras Rachel bailaba Raúl la acompañaba a capella. Menos mal que el tipo ni desafinó porque eso hubiése sido la tortura. Luego de anunciar que le iban a cobrar un porcentaje a la cantante por la segunda que le acaban de hacer, piden al DJ que ponga música. Una especie de intermedio que aprovechamos para ir al baño y chequear si había llegado el resto de nuestra barra y allí estaba Minú y sus primas todas lindas, perfumadas y emperifolladas.


Desfilando el traje de Sammy Guicherman

Por fin se supone que aparece la tal Virgin y vuelven a preparar el anuncio... y con ustedes Virgin (lo único que faltó fue que la gente contestara fastidiada en coro: "Caramelo de Limón") y aunque ustedes no lo crean, tampoco salió. Al tercer intento Raúl decidió tomar cartas en el asunto y fue él mismo tras bastidores a buscarla. Casi la trae arrastrada por un brazo y la chica llega toda apurada, saluda y empieza a gritar: ¡Dancers, dancers!. Betsabé, Eneida y David casi se mean de las risas, pero se les cortó con el susto de ver a las fulanas "dancers", unas chicas jamaas con unos fundillos que podrían dislocarle la cadera a cualquiera bailando el caderú. La niña canta su Caramelo de Limón y luego se lanza el tema Venezuela. A mi me pareció una cursilería en medio de una certamen en una discoteca, pero bueno, en medio de un certamen de belleza, ¿qué nos podría extrañar?. Sin embargo, no fue la escogencia del tema lo que nos impactó, sino ver a las "dancers" con sus chorcitos bailando una mezcla de vals con ballet. Betasbé y Gaby no aguantaron la tentación y sin ponerse de acuerdo ambas subieron sus bracitos como en segunda posición y comenzaron a dar vuelticas en puntillas. Ya era demasiado, así que Eneida y yo pedimos unos vodkas. Sospecho que mi mamá, aunque sentada y discreta estaba más o menos igual porque me preguntó si ese trago era mío y cuando volteé de nuevo, lo que había era hielo con un pedacito de limón y una guinda que ella se sirvió de la barra.

Acto IV: Presunto acto

De repente, del otro lado de la barra veo a una de las chicas que las ayudó a ensayar la pasarela y otra persona con unas papeletas parecidas a las que le entregaron al jurado, contando y escribiendo en un papel. Se veía bien sospechoso, pero estábamos en una discoteca, estaba un poco oscuro y no podía creer que fueran tan chapuceros. Así que, como no me consta, este hecho lo llamaremos el "presunto" conteo de votos.

Por fin llaman a las chicas de nuevo para nombrar a las diez finalistas. Llevaban siete y nada que llaman a mi bebé y yo con los dedos morados de tanto cruzarlos. Por fin, cuando la nombran de novena, respiré. De repente me doy cuenta que del trío de amigas que entraron juntas al concurso, Orlany (Zulia) queda fuera de las diez. Y no es por nada, por supuesto que para mi, mi hija es la más bella, pero Orlany era mucho más linda que algunas de las que estaban allí. Primer espiche de la noche.


Entre las diez finalistas

Comienza la ronda de preguntas y le toca a Vicky de primera, en frío. La pobre contestó bien pero muy cortico, así como "ya, pasen a la siguiente". Eso si, sin perder la calma ni un milímetro de sonrisa. Termina la ronda y las chicas quedan todas paradas en el escenario hasta que por fin se les ocurre mandarlas a entrar mientras viene otra cantante y cuentan los votos de la ronda. A todas estas, Betsabé se había encontrado con una amiga en el jurado y como a Loriel, el novio de Gaby, si le habían dado bandita VIP, cambiaron cintas y entró a hacer proselitismo. Hasta el momento, yo me había quedado tranquilita para que Vicky se luciera, pero a esta vaina ya se le veían las costuras por todos lados por lo que dejé a la loca ir a la sección del jurado. Además, para ser sinceros, ella lo que quería era ver a Carlos Mata que estaba sentado al lado de su amiga.

Sale a cantar la fulana Carolina la O, que no sé si es hermana de Catalina la de la canción, pero fue la única que no se tomó más de tres minutos en aparecer después de que la anunciaran. La chica colombiana, se apareció disfrazada de Shakira, pero de ahí en adelante no le paré en lo más mínimo porque me seguía preocupando el corre corre con las papeletas de lo que llamamos el "presunto" conteo de votos.

Regresan las concursantes y llaman a Carlos Mata para que coloque la banda a la Chica Fotogenia. Según todos los fotógrafos que estuvieron cubriendo los ensayos, Vicky era la que mejor salía en todas las fotos, pero se lo ganó otra. No importa, hay más premios. Después de saludar a todos, Carlos procede a colocar la banda pero, pequeño detalle, no hay banda. Empieza Raúl a pedir la banda y de repente dice: "ah, es que la banda ya tocó". Todos muertos de risa, pero la banda no aparecía. El resuelve nombrar a las siguientes para ganar tiempo. Suben los caballeros que tenían que colocar las otras bandas y siguen nombrando hasta que por fin aparecen las susodichas, pero sin alfiler. Ya la cómica era tal que Carlos terminó pidiendo aunque sea un chicle para pegarla. Vale la pena destacar que la categoría Chica Internet brilló por su ausencia. Parece que el CNE intervino en la programación de las páginas web y no pasaron la prueba. Así que el despliegue de mails que mandé haciendo campaña, sólo sirvió para echármela de que tengo una hija bella. Lo siento amigos, pero gracias de nuevo.

A partir de allí se montaron en el escenario una serie de invitados que ya ni se entendía quienes eran ni que decían. Entre ellas estaba Reina Venturini, también amiga de Betsabé, quien hace algunos años fue reina de belleza. La mujer andaba con una mini falda de blue jean, feliz y comentando coloquialmente la fase del evento, muerta de la risa. Yo comencé a sospechar que para los jurados si había open bar que según nuestro amigo Paul, que es barman allí, era para todos. Betsabé muerta de las risas empezó a gritarle cosas a su amiga cual feria de pueblo en lo que "presuntamente" fue la revelación del misterio del open bar.

Vicky no ganó ninguna y lo peor es que nombran a las cinco finalistas y tampoco la llaman. Por un lado me sentí muy triste porque es mi hija, pero por otro, estabamos disfrutando del circo y ya nos daba igual el resultado que prometía ser tan desconcertante como el evento. Jessie quedó de segunda finalista y mejor figura, mientras que Barinas, que era una belleza con un cuerpazo, no pasó a la ronda final y de repente nombran como ganadora a la chica Yaracuy que se veía tan auténticamente sorprendida como nosotros. Yo no me fijé en el detalle, pero me cuentan que la única que aplaudió a la ganadora fue Vicky.

Creo que después nadie le paró al resto del asunto y yo aproveché que el guadia real ya había quitado la cadena para pasar a donde estaba el jurado. Escuché cuando uno de ellos preguntaba quién había votado por Yaracuy y que donde habían ido a parar las favoritas, mientras otra se reía y decía que a ella no le habían recogido los votos de la ronda de preguntas. Por lo que se afianzaron mis sospechas de que si no había trampa, al menos había un gran desorden. Saludé a los jurados e invitados especiales que conocía y quise pasar a los camerinos pero los bouncers del local comenzaron a sacar a todos cual ganado. En menos de cinco minutos tenían casi todo desarmado y nosotros en la calle como desalojados por falta de pago.

En ese momento comenzamos a preguntar qué pasó con el after party y de nuevo, presumo, que habían alquilado el local hasta cierta hora, se había cumplido el plazo y tenían que abrir el negocio a su público habitual y no la cantidad de chupa hielos que estábamos allí.

Acto V: El verdadero After Party

Medio abollados nos fuimos caminando a Lincoln Road a comer mientras Betsabé, Pocho y Pelusa discutían acaloradamente el futuro profesional de mi hija. Más tarde se aparecieron Vicky, Orlany y Ornela con sus respectivos novios y comenzó la etapa de los chismes tras bastidores. Como yo tampoco ví esa parte, fue la "presunta" fase de los reclamos a la organizadora del evento por parte de todos los involucrados que sentían algo de vergüenza. Lo importante es que las chicas habían gozado un mundo y una vez pasada la impresión de haberse quedado en el camino antes de tiempo, se relajaron y disfrutaron del show tanto como nosotros.


La familia real y el príncipe consorte

Luego me enteré de que no dejaron pasar a unas amigas de Vicky que pagaron sus entradas pero eran menores de 21 años. Esto si me parece grave y un grupo de madres hemos decidido tomar cartas en el asunto. Una cosa es que a uno le parezca que su hija es la mejor y da rabia que no gane, que te cales un show mal organizado, que te cuenten o sospeches cantidades de triquiñuelas y otra es que estafes a la gente. Nunca dijeron que no podían entrar menores de 21 años, Además, algunos se quedaron con las ganas de seguir la rumba y hasta algunas chicas se quedaron con su vestido de coctel sin estrenar. Pero lo que me más me indigna es la cantidad de compañeros de las concursantes que pagaron nada más y nada menos que 35$ por cabeza, para quedarse afuera con los crespos hechos. Ellos quieren que les regresen su plata y nos parece justo. No sé que probabilidades tenemos de que nos lo devuelvan, pero lo vamos a intentar.

En las siguientes horas, la cantidad de chismes sobre la desorganización ha ido in crescendo. Incluso, me contaron que Leyda Alvarez, la organizadora, se quería reunir con el jurado porque "presuntamente" si hubo un error y se equivocaron mezclando papeletas y dejando por fuera votaciones finales, por lo que la ganadora resulta que no era la ganadora y algunas de las que quedaron descalificadas no estaban descalificadas. Y aunque suena tentador saber si Vicky hubiése llegado más lejos, me parece una falta de respeto con las chicas. Como diría el filósofo boricua, Daddy Yankee, lo que pasó, pasó.

Acto VI: Lecciones y orgullo de madre

Me llena de orgullo saber que mi hija no guarda rencores, ni se amarga por no haber clasificado más alto. Desfiló bellísima con su traje de Sammy Gicherman, peinada y maquillada hermosísima por el equipo de Armandeus. Ella, por un lado, sabe que tiene un gran potencial como modelo, por otro, no es una chica egoísta, al contrario es super generosa con sus amigas y además, aunque el modelaje es algo que le encanta, es una joven muy inteligente y con muchas otras cualidades que le permitirán desarrollarse en cualquier otra rama que desee.

Hoy, antes de venir a terminar esta reseña, hablé con Leyda. Fue una conversación larga donde le expresé todo lo que me parecía había empañado la noche que tanto esperábamos y le advertí sobre los peligros que corre de desprestigiar su trabajo, en vez de hacerlo crecer cada vez más. Ella me explicó algunas cosas que se le habían salido de control, pero sobre todo, dio la cara y estuvo dispuesta a escuchar. Al final, quedamos en vernos más adelante para ayudarla a hacer un análisis y sacar las lecciones aprendidas para el próximo año, incluso para tratar de minimizar los daños causados por la falta de organización.

Mientras escribía esto, mi amiga Annelie y yo chatéabamos sobre los sueños ocultos que todas las mujeres llevamos por dentro de ser reinas de belleza o ser descubiertas por un agente y nos consolamos con saber que Vicky al menos logró montarse en la pasarela, hacerlo de lo mejor y quedar feliz a pesar de los resultados.