viernes, agosto 11, 2006

Uno largo sobre Cerati, Eli y muchos años de mi vida


Ayer cumplí 5 años en Miami. Paradójicamente, lo celebré con una de las cosas que más me recuerdan mi vida en Venezuela: un concierto de Gustavo Cerati. De paso, junto a Elí Bravo, a quien solía encontrarme religiosamente en todos los conciertos. Tanto Gustavo como Elí marcaron una etapa muy importante de mi vida y me han acompañado desde que era un chama hasta mi ... "madurez". A Cerati no lo he dejado de escuchar desde la primera vez que lo vi por televisión. Era su primer viaje a Venezuela con Soda Stereo. Para entonces un trío desconocido de argentinos con pinta de punks ingleses. Eso si, muy interesantes.

A partir de entonces lo he seguido en su transformación camaleónica que me hace esperar con ansias el próximo experimento. Desde lo más tecno hasta los 11 episodios sinfónicos, pasando por el rock más simple, todo forma parte de mi colección. No les niego que sufrí cuando se desintegró Soda Stero, fui al último concierto, grité, cante, brinqué y luego me quedé con un vacío terrible, hasta que el día menos pensado volví a gritar, cantar, brincar con su primera gira como solista de su disco Bocanada.

Yo estaba embarazada de Gaby cuando me enganché con Soda Stereo y hoy 20 años más tarde, fui con ella, Vicky, Pocho y una pandilla a continuar con el culto. Por cierto, vale la pena parar acá para agradecer al portorro por las entradas que nos regaló, pues hizo posible que se expandiera el grupo. Señores, olvídense de Ricky Martin, Carlos Ponce, Luis Fonsi... George ¨Pongy" Major es EL BORICUA del año!!! Gracias, Pongy.

Esta vez, Cerati nos sorprendió con un trabajo super roquero con toques ochentosos. Divino. Por suerte Pocho me lo había traído de Caracas y ya me sabía todas las canciones. Yo, pensaba que por estos lares yo iba a ser una de las pocas que se sabían las canciones de "Ahí vamos" pero no. Comenzó el concierto con "Al fin sucede" y apenas tocó el intro, arrancó el coro del público: "Ya estoy un poco harto de entrar en tus juegos de mente..." Casi no tocó canciones de Soda y mucha gente lo lamentó, pero creo que es justo que él quiera consolidar su imagen de solista, aunque gran parte de las canciones del grupo, sean de él.

Me llamó la atención el rango tan amplio de edades, lo cual indica que se ha convertido en un clásico. De hecho fue divertido ver que cuando tocó Ecos, una canción de hace 21 años, chicas que deben tener más o menos esa edad empezaron a gritar eufóricas. Sin embargo, cuando tocó Prófugos, también de los ochenta, el teatro se vino abajo. Elí y yo nos vimos las caras, el propio flash back a los días de universidad y las noches de "Partycular". Algo nos hizo reir muchísimo, cosas de Miami, en vez de ver a las mujeres como locas montándose en la tarima y lanzándole sostenes como estamos acostumbrados, fueron dos tipos los que se montaron histéricos tratando de tocarlo. ja,ja,ja.
Por cierto, mucho acento venezolano entre el público. Me atrevería a decir que más que argentinos. De hecho, varias caras conocidas, entre esas, Daniel García de Rumba Caracas y Rumba Miami, quien "por razones de trabajo" no se pela una. En fin, un concierto que me recordó a mi país y sobre todo que este es un sitio geográficamente estratégico porque nunca te desligas completamente. Son 5 años de lo mejor de ambos mundos.

Nos fuimos en dos grupos y nos encontramos allá. Cuando llegamos me dice Gaby que vio a Elí por ahí y a los dos minutos me lo tropecé. ¡Que rico! Teníamos como un mes trantando de vernos y de nuevo la casualidad decidió. Andaba solo y sin puesto, así que se vino con nosotros. Elí es uno de los ídolos de mi juventud, ja,ja.

La primera vez que lo vi era el nuevo presentador de Sonoclips. Era, como explicar... la antítesis de la imagen de un presentador de televisión: flaquito, esmirriaíto, con la cabeza llena de rulos y una voz finita. Al principio la gente preguntaba qué hacia ese carajito en la televisión. Sin embargo, Elí tenía algo que enganchaba y no cambiabas el canal. Estudiaba en la misma universidad que yo, pero fue años después cuando comenzó la amistad.

Lo seguí como fan por la radio especialmente los programas Cualquier Cosa, el Autobús y la Radio Global que marcaron los diferentes períodos de madurez, tanto suya como de nosotros sus seguidores. Leí sus libros y sus columnas y fui testigo del desarrollo del profesional que es hoy. Siempre ecléctico, abierto a las diferentes corrientes tanto musicales como del pensamiento. Siempre divertido, irreverente y absolutamente solidario. Creo que es una de las pocas personas que logran calar en públicos tan diferentes como adolescentes, empresarios, amas de casa. Es de los que se pueden dar el lujo de entrevistar a un Periquito de los Palotes que acaba de lanzar su primer disco y tratarlo con la misma consideración y respeto que a José de Saramago.

Poco a poco, por razones de trabajo nos fuimos encontrando una y otra vez. MIentras trabajaba en UNICEF, siempre estuvo dispuesto a prestar su talento sin cobrar, nos daba espacio permanente en sus programas, nos promocionaba los eventos de recolección de fondos. Hasta que el trabajo dio paso a la amistad. Elí es un hablador de profesión, sin embargo es un tipo con una paciencia infinita para escuchar. Creo que he tenido más sesiones de psicoanálisis con él que con cualquier profesional del área. Durante años se caló mis dudas, mis ansias, mis sueños y cuando me vine a Miami, él, que ya tenía unos años aquí, se convirtió en el perfecto anfitrión. Con él fuimos a conciertos, fiestas, exposiciones. Nos llevó a sitios para bailar, para comer, me presentó gente. En fin,el Elí locutor, periodista, escritor y pana del alma, también forma parte de mi historia, tanto en Venezuela como aquí. Anoche, una vez más, sin hacer ningún esfuerzo, Elí fue parte de un momento significativo en mi vida.

Y ya son 5 años en Miami. Un lustro, un período presidencial (de los de la 4ta. República). He tratado de hacer un balance y no sé si pueda ser objetiva, porque hoy en día, cinco años después, estoy tan feliz con mi vida, mi familia, mis amigos, que el trabajo que hemos pasado, los momentos tristes y amargos, los de miedo, los de peladera; los veo de lejos como si fueran parte de una película. Todavía no he logrado todo lo que quiero, pero si una cantidad de cosas que no estaban en el plan original y han sido muy satisfactorias. Estoy feliz de ver a mis hijas tan bellas y desenvueltas, especialmente de haber visto la evolución de cerquita, de compartir con ellas como si fueramos amigas. De ver a Pocho, aunque lleno de nostalgias, saboreando el gran logro que ha sido nuestro negocito, su idea. En fin, el viaje que una vez emprendimos sin tener ruta trazada, ni siquiera un lugar específico al cual llegar, se ha convertido en una aventura en si mismo para disfrutar en cada una de las escalas.

3 Comments:

At 1:15 p. m., Anonymous Anónimo said...

Y cinco años cumplió Camila...ahora la veo, y está tan grande, y me sorprende tanto, que no puedo imaginar que se sentirá cuando llegue a la edad de las tuyas.
Claudia

 
At 9:47 a. m., Blogger alegoria said...

Es curioso. Mientras tú bricabas y te dejabas el alma con Cerati, yo, al otro lado del charco, hacia lo mismo con Joaquín Sabina.

 
At 6:39 p. m., Blogger Maigli Velásquez B. said...

Qué te puedo decir? Pura cabilla!

Besitos que ladran!

 

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