domingo, mayo 14, 2006

Dia de las madres

El fin de semana del Día de las Madres comenzó con una fiesta en casa de Gregory, la hermana de mi socio. Por primera vez en varios años, se reunían los cuatro hermanos Martínez y la mamá, razón más que suficiente para organizar una fiesta. Claro que no podía dejar de tener los toques típicos de la Gregory. La invitación decía: "Gran fiesta del Día de las Madres. Trae a tu mamá y si no tienes, no te preocupes que aquí te damos una".

Aquí, un grupo de mamitas

Me gané una crema Victoria Secret en un juego de esos en los que te cuelgan un bolígrafo por detrás y te tienes que agachar hasta meterlo en el pico de una botella. La tarea no es nada fácil porque hay que tener piernas y puntería, pero lo peor fue después. Me costó una y parte de la otra pararme y no estaba rascada. Entonces recordé que dos días antes Sumito y yo hablábamos de esas cosas que uno hace y te advierten que ya no estás tan joven. Ahí está la cremita, al lado de mi cama recordándome que ya no tengo 20 años.

Sheyla se vino de Canadá con su novio y la verdad es que el tipo me dejó pensando. Nosotros los latinos que tantos nos complicamos aprendiéndonos los diferentes pasos para bailar que si salsa, son, merengue, reggetton y cada una de las variantes, mientras que este chico pasó toda la noche con el mismo paso, independientemente de la música y gozó un mundo. Bailó solo, con una, con dos, con todas, con tipos y nunca se dio cuenta que le cambiaron la canción.

Hoy me levantó Gustavo Calle, un amigo nuestro que vive en La Fayette, Louisiana y está trabajando en un crucero de esos que para en Miami todos los domingos. Como este domingo nos tocó visita, nos trajo empanadas y juguitos Frica. Tremendo detallazo. Me levanté y encontré un ramo de flores inmenso que me trajo Gaby y desayuné con Pocho y Gustavo en el jardín

Luego salimos tardísimo a la playa. Había planeado un día en El Farito que queda en la punta de Key Biscayne. Pensaba alquilar un Kayak o una bicicleta y pasar el día entre descanso y ejercicios al aire libre. Pero cuando llegamos, ya estaba lleno el parque y no pudimos entrar. Cuando salíamos del cayo para irnos a South Beach, se nos ocurrió pararnos en Crandon Beach. Pues no fue lo que había soñado. Para empezar, aquello parecía más bien un carnaval en Tucacas, pero seguimos caminando y nos encontramos unas palmeritas esperándonos. Tenía años que no iba a una playa con palmeras para echarse, así que no le paramos al resto y nos quedamos allí, hasta nos pudimos tomar las cervecitas sin encaletarlas. De nuevo las cosas no me salieron como esperaba, pero asombrosamente tampoco me importó y disfruté del día de los más sabroso ¡quien me viera!. Además, el agua estaba calientica y agarré un buen colorcito. Siempre me ha gustado más mi versión morena.

Al regresar, me di un baño, bajé con mi bata de baño blanca, me calenté unos garbanzos deliciosos que había preparado ayer, me comí un helado de chocolate de postre y me acosté en el sofá a ver el capítulo final de West Wing. Desde que vine a Miami me hice adicta a este programa sobre la vida en la Casa Blanca durante el mandato del demócrata Jed Barlett. ¡Que vicio tan grande! Como cuando me enganché ya había comenzado, empecé a ver las repeticiones en los diferentes canales. Hoy en NBC pasaron el primero y el último capítulo. Me atrevería a decir que era la "novela" ideal para mi gusto. Tenía elementos de temas políticos, sociales, económicos, que a mi me interesan, pero con un toque romántico en el que los buenos casi siempre ganan. Además, Jed Barlett es el tipo de presidente que me encantaría que fuera real. Extremadamente inteligente, con sentido del humor, sensible y hábil. En fin, terminó la serie, entregó su mandato después de dos períodos, a otro demócrata y primer presidente de ascendencia hispana de Estados Unidos. Como era de esperarse, casi todos los protagonistas terminaron empatados y felices.

Rico el día. Relax total sin que sintiera que perdí el tiempo.