Primer dia de clases
Acabo de llegar de mi primer día de clases. Bueno, realmente fue la charla introductoria pero fue igual de emocionate.
Somos 23 personas y por lo visto va a ser muy competitivo pues para la segunda fase, piensan quedarse con, máximo, diez alumnos.
Cuando concursé para entrar en este taller, lo hice con cierta incredulidad porque ya había concursado el año anterior y sólo llegué a los semifinalistas. Comencé pensando que no tenía nada que perder. Pero a medida que se acercaba la fecha de cierre, sentí un fuerte impulso que me llevó a terminar todos los ejercicios y mandarlos un día antes de que se cerrara.
Primero nos mandaron un e-mail, igual que el del año pasado, avisando que era semifinalista y que eso ya era un honor (eso dicen todos los nominados), luego recibí otro diciendo que ya había pasado a la siguiente ronda y ya comencé a emocionarme un poco. El siguiente correo era pidiendo que consideraramos los aspectos prácticos en caso de que fueramos seleccionados (horario de trabajo, vivienda para los que no viven en Miami, etc) y ahí si le dije a Pocho: ¨Creo que ya estoy adentro, así que si me dicen que es tiempo completo, voy a tener que dejar el trabajo" Por suerte, el es tipo Eudomar Santos así que me animó a que le echara pichón, total como vaya viniendo vamos viendo.
El día que me informaron que había sido seleccionada me emocioné mucho. Ese día entendí eso de que cuando uno desea algo y se propone conseguirlo, el universo se confabula para concedértelo. Hacía un tiempo que había decidido que me quería dedicar a escribir y aunque no tenía claro qué ni en donde, comencé a organizar mi vida en función de ello. Dejé algunas horas de trabajo, retomé mi columna en El Venezolano, abrí este blog y empecé a escribir para la revista Play. Desde entonces las cosas empezaron a fluir.
Poco a poco la emoción se hizo más intensa pero lo de hoy fue increíble. Cuando nos contaron del proceso, cómo surgió ese taller, los proyectos en los que se inserta, cómo fuimos seleccionados y las historias de cada uno de los que quedamos; casi me pongo a llorar (claro, yo soy muy llorona). Lástima que nos hacen firmar un contrato de confidencialidad y sólo les puedo contar de mi parte personal.
Ahora sólo me queda poner todo de mi parte para pasar a la siguiente fase, porque esto promete.
Mañana tengo el día libre, tanto en el trabajo como en el taller, así que voy a dedicar un buen tiempo a la blogósfera. Voy a tratar de aprender a montar los links, montar el logo de veneblog y por supuesto, visitar otros blogs que me encantan.