martes, mayo 30, 2006

Primer dia de clases

Acabo de llegar de mi primer día de clases. Bueno, realmente fue la charla introductoria pero fue igual de emocionate.
Somos 23 personas y por lo visto va a ser muy competitivo pues para la segunda fase, piensan quedarse con, máximo, diez alumnos.
Cuando concursé para entrar en este taller, lo hice con cierta incredulidad porque ya había concursado el año anterior y sólo llegué a los semifinalistas. Comencé pensando que no tenía nada que perder. Pero a medida que se acercaba la fecha de cierre, sentí un fuerte impulso que me llevó a terminar todos los ejercicios y mandarlos un día antes de que se cerrara.
Primero nos mandaron un e-mail, igual que el del año pasado, avisando que era semifinalista y que eso ya era un honor (eso dicen todos los nominados), luego recibí otro diciendo que ya había pasado a la siguiente ronda y ya comencé a emocionarme un poco. El siguiente correo era pidiendo que consideraramos los aspectos prácticos en caso de que fueramos seleccionados (horario de trabajo, vivienda para los que no viven en Miami, etc) y ahí si le dije a Pocho: ¨Creo que ya estoy adentro, así que si me dicen que es tiempo completo, voy a tener que dejar el trabajo" Por suerte, el es tipo Eudomar Santos así que me animó a que le echara pichón, total como vaya viniendo vamos viendo.
El día que me informaron que había sido seleccionada me emocioné mucho. Ese día entendí eso de que cuando uno desea algo y se propone conseguirlo, el universo se confabula para concedértelo. Hacía un tiempo que había decidido que me quería dedicar a escribir y aunque no tenía claro qué ni en donde, comencé a organizar mi vida en función de ello. Dejé algunas horas de trabajo, retomé mi columna en El Venezolano, abrí este blog y empecé a escribir para la revista Play. Desde entonces las cosas empezaron a fluir.
Poco a poco la emoción se hizo más intensa pero lo de hoy fue increíble. Cuando nos contaron del proceso, cómo surgió ese taller, los proyectos en los que se inserta, cómo fuimos seleccionados y las historias de cada uno de los que quedamos; casi me pongo a llorar (claro, yo soy muy llorona). Lástima que nos hacen firmar un contrato de confidencialidad y sólo les puedo contar de mi parte personal.
Ahora sólo me queda poner todo de mi parte para pasar a la siguiente fase, porque esto promete.
Mañana tengo el día libre, tanto en el trabajo como en el taller, así que voy a dedicar un buen tiempo a la blogósfera. Voy a tratar de aprender a montar los links, montar el logo de veneblog y por supuesto, visitar otros blogs que me encantan.

jueves, mayo 25, 2006

Ya estoy en veneblogs

Pues si, me mandaron un mail informándome que ya quedé oficialmente registrada en Veneblogs, el directorio que agrupa a los venezolanos que tenemos como vicio compartir información de lo más variada por esta vía. Apenas tenga un rato para leer el manual, montaré el logo. Para mi esto ha sido un aprendizaje lento pero seguro. Poco a poco, yo misma he ido averiguando para que sirve esto y lo otro, pero todavía no se montar los links ni imágenes de otras páginas. Lo importante es que loro viejo si aprende a hablar. Voy a tratar de dedicarle este fin de semana a esa tarea.

miércoles, mayo 24, 2006

Finales de concurso

Es impresionante como han proliferado los reality shows y concursos de tv. Cada vez hay más gente que en un programa han ganado más de lo que ganarían en un año de trabajo y los millones más que vemos semana a semana a la gente haciendo lo que hacen normalmente. Simplemente son ellos y nosotros los vemos. No hay historias pre elaboradas,
Yo soy más adicta a los que tienen algún tipo de competencia, como The Amazing Race, Project Runway o mi favorito Top Chef.
Ayer llegué super cansada del trabajo y decidí darme un maratón de fin de temporada: American Idol y Top Chef.
American Idol... pues desde que perdió mi favorito Chris Dauhgltry, perdí la emoción. Sin embargo hoy vi a pedazos la final en la que ganó... upps, me acabó de acordar que en Venezuela lo pasan con dos semanas de diferencia y el año pasado le arruiné la sorpresa a mi hermana Claudia. En todo caso, lo que ha crecido ese concurso en 5 años es impresionante. Nada más en términos publicitarios, en la primera temporada las cuñas de la final costaron 450 mil $, este año los anunciantes tuvieron que bajarse de la mula con 1 millón y medio para que los vieran. El Kodak Theater estaba hasta la lámpara y los invitados especiales crecen año a año.
Lo que si me encantó fue la final de Top Chef. Hasta me serví un vino para disfrutrar y celebrar el triunfo de Harold, un muchacho de 28 años de Nueva York que desde hace semanas, predije que ganaría. Este programa, aparte de lo fascinate que es para mi la cocina, el formato del programa en si y la competencia, tenía un ingrediente adicional que es el blog donde los televidentes se meten a opinar. Incluso, algunos son tan fiebrúos que ven el programa mientras chatean con otros que no conocen en otras ciudades. La primera vez que entré en el blog estaban apostando y fue lo primero que dije: "Cuidado con Harold que viene calladito bajo el radar y les va a dar una sorpresa" Me encantó que ganara porque, fue consistente durante toda la competencia y tiene una personalidad increíble. Para mi es importante porque creo que la cocina es un trabajo de equipo, que debes sentir respeto por los que trabajan contigo, desde el sous chef hasta el que friega los platos, debes inspirar a los demás. La cocina de un restaurant es demasiado estresante en si misma como para tener que aguantar malas relaciones. Además, siempre he creído que la vibra se transmite en la comida. Harold siempre ha mostrado tranquilidad y en los momentos de mucha presión ha mantenido el respeto, tanto así que los compañeros que ya habían sido eliminados, se alegraron como si hubiesen triunfado ellos mismos. De paso, aunque todavía la televisión no nos permite oler ni probar, los platos se veían deliciosos. Voy a probar algunas de las recetas que aparecen el la página web. Según él, con el dinero del premio va a abrir un restaurant en Nueva York en otoño de este año. Quien quita que pueda ir a celebrar mi cumpleaños allá. Ja,ja.

viernes, mayo 19, 2006

La reina Camila I

Esta es mi sobrina ahijada, Camila.
Esta preciosura es la menor de la familia, reina de su salón y bailarina de ballet
Aquí su tía, su tíos y sus primas están como locos esperándola, porque según su mamá, este año si viene a visitarnos

jueves, mayo 18, 2006

Yo ni pio

¡Que fastidio! Hace años me hablaron del fulano Código Da Vinci, pero la verdad es que en el momento no pude leerlo. Después la fiebre, el furor fue tal y se habló tanta pendejada del libro que se me quitaron las ganas de hacerlo. Es que yo soy así, me choca leer cosas demasiado manoseadas y cuando lo he hecho (como fue el caso de Los Hombres son de Marte y las Mujeres son de Venus) la decepción ha sido grande.
Cuando vi que lo llevaban a la pantalla grande pensé que esa era la oportunidad de enterarme del cuento del fulano Código. De paso, es con Tom Hanks y dirigido por Ron Howard, ambos de grandes trayectoria, pero el alboroto creado por el Opus Dei, el festival de Cannes, la maquinaria de Sony pictures y los innumerables "expertos" es tan grande, que ya me dio fastidio otra vez. La verdad es que me cuesta entender que se pueda ser tan vehemente sobre algo que es ficción. Además me da caspa escuchar gente que no lee la Biblia desde que hizo la primera comunión, que sólo saben que Da Vinci pintó la Mona Lisa y que sólo leen cuando todo el mundo dice que es lo que se debe leer, defendiendo o despotricando la posición de Brown como si fueran expertos. A lo mejor el libro es malo independientemente del tema, a lo mejor es bueno, independientemente del tema, igual con la película, pero por los momentos no podré opinar porque estoy demasiado contaminada. Así que por favor, ni me pregunten que yo sobre el Código Da Vinci, ni pío.

lunes, mayo 15, 2006

Otro articulo de Play

Este es otro de los artículos que escribí para la revista Play en su número dedicado al pasado.

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Sobre la Teoría de la Relatividad y la Vida Misma
María Alecia Izturriaga

Cada cierto tiempo a uno le da por ponerse a recordar el pasado: cuando era chama, cuando estaba en bachillerato, cuando estaba en la universidad, cuando era soltera, y si además es un recuerdo colectivo compartido con los amigos, lo más probable es que uno termine con risas, suspiros y alguna frase como: “Ay, cuando éramos felices y no lo sabíamos”. Este ejercicio cíclico tiene una importante función catártica, pero también puede llevarnos a una especie de depre post recuento que se puede convertir en crónica si lo ejercitamos muy seguido.

Yo podría apostar que si hacemos una encuesta, gana el pasado, de calle, porque la naturaleza es sabia y nos ayuda a borrar de la memoria pequeños detalles que estorban. Recordamos, por ejemplo, lo bueno que estaba fulano, el que nos levantamos en la fiesta aquella y con quien íbamos a pasear en lancha por Chichiriviche, pero no recordamos el despecho y las ganas de hundirlo en el mar cuando lo descubrimos con otra y ni siquiera se molestó en inventar un cuento. Por eso, aunque nos juramos que nunca más, repetimos los errores. También hay que ver que nunca es demasiado tiempo y la vida es corta.

A mi me encanta mi adolescencia, lo fácil que era la vida, la cantidad de fiestas, las escapadas de Valencia a Caracas para ir a un concierto, cómo siempre encontrábamos la forma de entrar a El Poliedro sin tener que pagar… Pero ahora que recuerdo, yo en esa época coleccionaba complejos y siempre me sentía rodeada de chicas más bellas, más desenvueltas. Además a mi brújula no le funcionaba el imán porque siempre me levantaba al amigo del que me gustaba. Prefiero mil veces la seguridad de ahora. Lo rico que me siento con mi cuerpo y con mi misma, a pesar de las manías que ido adquiriendo con el tiempo.

Cómo añoro los años de la universidad, pero cada vez que me acuerdo lo que eran las horas frente a la máquina de escribir, tratando de corregir errores, cuadrar los márgenes y repitiendo la página mil veces hasta que quedaba presentable; no regreso a esa época ni que me regalen el pasaje en la máquina del tiempo. Prefiero mil veces mi laptop con wireless port.

Que deliciosos los días en los que podíamos pasar una semana completa con el mismo billete en el bolsillo, comíamos cualquier vaina que nos brindaran y bebíamos guarapita a la orilla de la playa; cuando amanecíamos medio destartaladas pero listas para ir de nuevo a clases. Sin embargo, también es muy rica la semana que puedo gastar sin pararle mucho a cuanto, ir a un buen restaurante o cocinar alguna exquisitez con mis amigos, tomarme un buen vino y amanecer en mi cuarto con aire acondicionado, en mi cama rica y sin ratón.

Sin lugar a dudas yo brindaría por aquella época en la que la ignorancia era nuestra mejor aliada: vivíamos sin miedo al futuro; la participación política eran caravanas entre adecos y copeyanos diciéndose cosas de un carro a otro, como si fuera un juego Caracas-Magallanes; coreábamos a Silvio Rodríguez con voz desgarrada sin que nos vieran como traidores; escuchábamos John Lennon y sentíamos que el mundo estaba cambiando; nos solidarizábamos con los más vulnerables cuando se organizaban conciertos multitudinarios donde se recogían fondos para ayudar a la gente de Etiopía; viajábamos sin control de cambio y en las aduanas no nos veían sospechoso, como un desertor en potencia.

Pero definitivamente, hoy brindo por lo que somos y por lo que viene porque si hay algo que está comprobado es que todo es relativo. Lo que sube, baja y el tiempo y el espacio sólo existen en relación con otros puntos de comparación. Así que el pasado seguirá siendo rico para recordar, mientras tengamos presente y futuro para crearlo.

domingo, mayo 14, 2006

Dia de las madres

El fin de semana del Día de las Madres comenzó con una fiesta en casa de Gregory, la hermana de mi socio. Por primera vez en varios años, se reunían los cuatro hermanos Martínez y la mamá, razón más que suficiente para organizar una fiesta. Claro que no podía dejar de tener los toques típicos de la Gregory. La invitación decía: "Gran fiesta del Día de las Madres. Trae a tu mamá y si no tienes, no te preocupes que aquí te damos una".

Aquí, un grupo de mamitas

Me gané una crema Victoria Secret en un juego de esos en los que te cuelgan un bolígrafo por detrás y te tienes que agachar hasta meterlo en el pico de una botella. La tarea no es nada fácil porque hay que tener piernas y puntería, pero lo peor fue después. Me costó una y parte de la otra pararme y no estaba rascada. Entonces recordé que dos días antes Sumito y yo hablábamos de esas cosas que uno hace y te advierten que ya no estás tan joven. Ahí está la cremita, al lado de mi cama recordándome que ya no tengo 20 años.

Sheyla se vino de Canadá con su novio y la verdad es que el tipo me dejó pensando. Nosotros los latinos que tantos nos complicamos aprendiéndonos los diferentes pasos para bailar que si salsa, son, merengue, reggetton y cada una de las variantes, mientras que este chico pasó toda la noche con el mismo paso, independientemente de la música y gozó un mundo. Bailó solo, con una, con dos, con todas, con tipos y nunca se dio cuenta que le cambiaron la canción.

Hoy me levantó Gustavo Calle, un amigo nuestro que vive en La Fayette, Louisiana y está trabajando en un crucero de esos que para en Miami todos los domingos. Como este domingo nos tocó visita, nos trajo empanadas y juguitos Frica. Tremendo detallazo. Me levanté y encontré un ramo de flores inmenso que me trajo Gaby y desayuné con Pocho y Gustavo en el jardín

Luego salimos tardísimo a la playa. Había planeado un día en El Farito que queda en la punta de Key Biscayne. Pensaba alquilar un Kayak o una bicicleta y pasar el día entre descanso y ejercicios al aire libre. Pero cuando llegamos, ya estaba lleno el parque y no pudimos entrar. Cuando salíamos del cayo para irnos a South Beach, se nos ocurrió pararnos en Crandon Beach. Pues no fue lo que había soñado. Para empezar, aquello parecía más bien un carnaval en Tucacas, pero seguimos caminando y nos encontramos unas palmeritas esperándonos. Tenía años que no iba a una playa con palmeras para echarse, así que no le paramos al resto y nos quedamos allí, hasta nos pudimos tomar las cervecitas sin encaletarlas. De nuevo las cosas no me salieron como esperaba, pero asombrosamente tampoco me importó y disfruté del día de los más sabroso ¡quien me viera!. Además, el agua estaba calientica y agarré un buen colorcito. Siempre me ha gustado más mi versión morena.

Al regresar, me di un baño, bajé con mi bata de baño blanca, me calenté unos garbanzos deliciosos que había preparado ayer, me comí un helado de chocolate de postre y me acosté en el sofá a ver el capítulo final de West Wing. Desde que vine a Miami me hice adicta a este programa sobre la vida en la Casa Blanca durante el mandato del demócrata Jed Barlett. ¡Que vicio tan grande! Como cuando me enganché ya había comenzado, empecé a ver las repeticiones en los diferentes canales. Hoy en NBC pasaron el primero y el último capítulo. Me atrevería a decir que era la "novela" ideal para mi gusto. Tenía elementos de temas políticos, sociales, económicos, que a mi me interesan, pero con un toque romántico en el que los buenos casi siempre ganan. Además, Jed Barlett es el tipo de presidente que me encantaría que fuera real. Extremadamente inteligente, con sentido del humor, sensible y hábil. En fin, terminó la serie, entregó su mandato después de dos períodos, a otro demócrata y primer presidente de ascendencia hispana de Estados Unidos. Como era de esperarse, casi todos los protagonistas terminaron empatados y felices.

Rico el día. Relax total sin que sintiera que perdí el tiempo.

viernes, mayo 12, 2006

Sumito en Miami


Sumito Estévez, "El Chef" del momento, vino a Miami para dar una charla y servir de jurado en un concurso en el marco de la feria de alimentos, Fispal y yo no me iba a pelar esa. Pero no sólo porque soy su fan número 1, sino porque además somos panas desde tiempos prehistóricos y como casi nunca nos vemos, aproveché la oportunidad.

A mediodía dio una charla dirigida mayormente a estudiantes de cocina y a uno que otro asomado que estábamos ahí. Fue divertido porque uno está acostumbrado a escucharlo hablar con su acento venezolano sifrino, todo apuradito y apasionado y tuvo que hacer la charla en inglés. Así que le tocó hacerlo más pausado. Eso sí, con sus gestos y el mismo gusto de siempre. Luego sirvió de jurado en un concurso en el que el ganador se llevaba una beca de 5 mil $. Nada despreciable.

En la noche Pocho y yo lo pasamos buscando por el hotel y lo llevamos a comer a un restaurant de parrillas argentina. Nos habían hablado muy bien del sitio y a pesar de que no es de alta cocina, como él es carnívoro, decidimos llevarlo por el camino de la perdición. Llegamos a The Knife muertos de hambre y tuvimos que esperar como media hora. Veíamos aquellas parrilleras inmensas llenas de todo tipo de corte de carne y una mesa de ensaldas. Era unos de esos sitios "all you can eat" que incluye una botella de vino por persona, postre y café. Por fin llegó el momento de la mesa, nos pusieron la primera botella, brindamos rapidito y nos lanzamos a buscar comida, como en la época de "el último que llegue es...". Coño, que desilusión tan grande: el vinito era unos de esos baratones de mesa y las carnes, casi todas estaban demasiado cocinadas. De paso, hay que agregarle el hecho de que andaba con "EL CHEF". No fue un barranco de esos que uno se da sólo, sino que de paso me llevé a Sumo. Ja,ja. quedé como el chiste aquel de ¡Que pena con ese señor!. Claro, él de lo más portadito no se puso a criticar (sólo lo obvio como el chiste de provoleta que nos dieron o el asado de tira que parecía más bien un pedazo de carbón). Ya al final nos bebimos todo el vino que nos correspondía y gozamos hablando más paja que un libro de tercer grado. Como a ninguno de los tres le gusta hablar... Por suerte, la vida tienes otras cosas buenas que compartir, aparte de una buena mesa.

Ya le prometí que el año que viene sólo lo llevo a algún sitio que ya haya visitado antes.

martes, mayo 09, 2006

Noticia de novela

Me acabo de enterar y comparto la noticia con ustedes: Me seleccionaron para el próximo taller de escritores de telenovela de Telemundo!!!
Pues si, estoy feliz. Este es el segundo año en el que Telemundo y Miami Dade College se unen para dictar este taller en Miami en el que solamente se puede participar a través de un concurso. Ya lo había intentado el año pasado y sólo llegué hasta los 120 mejores que representaban un 10 por ciento de los aspirantes, pero este año si lo logré. Entré entre los 20 que vienen de varias partes de Latinoamerica y Estados Unidos.
¡Con lo que me gusta a mi echar cuentos! Aparte de que ya me estaba haciendo falta volver a estudiar.
¡Estoy feliz!

oracion por un angelito

Hay noticias que son demasiado tristes, pero cuando además tienen nombre y rostro, se nos hacen simplemente amargas.
El viernes pasado una mujer que iba apurada, a más velocidad de la permitida, perdió el control del carro, se montó en la acera y atropello a un pequeño de 8 años quitándole la vida instantáneamente. Ese día, todo el Doral estaba de luto, todos sentimos escalofríos y nos tuvimos que aguantar el nudo en la garganta pensando en el dolor de esa familia.
Hoy me enteré que ese niño es el hijo de Christian Martin, uno de esos clientes que terminan siendo pana, compañero de cuentos de uno. Hoy no pude contener las lágrimas cuando le vi la cara a Christian que salía por primera vez de su casa desde el accidente. Así que hoy, rezo por Shaye, un angelito que se fue demasiado temprano y rezo por que sus padres encuentren consuelo.

jueves, mayo 04, 2006

Regresaron las Cronicas

Luego de un pequeño descanso, regresaron las "Crónicas de Inmigrantes" al periódico El Venezolano. Pues, sí, me di unas vacaciones pero ya no aguantaba las ganas de seguir escribiendo sobre la locura de vivir fuera de contexto. Este es uno de mis trabajos preferidos porque me sirve de catársis, me divierto un mundo viendo las cosas desde este punto de vista tan particular y de paso, conozco gente que igual que yo vive fuera de Venezuela y que compartimos anécdotas del día a día, ya que generalmente, me escriben para contarme vivencias sobre el tema de la semana.
Si viven en Miami Dade u Orlando, pueden buscar su ejemplar de El Venezolano y si no, lo pueden leer en www.el-venezolano.net
La semana pasada (ya está on line) fue Barajéamelo más despacio, please y se trata del extraño idioma que hablamos en Miami y el de esta semana (salió hoy el periódico) es Bésame, bésame mucho, que trata sobre los rollo del como saludarse entre personas de diferentes culturas.

lunes, mayo 01, 2006

Baby Shower de Alexandra


Ayer fue el Baby Shower de Alexandra aquí en la casa. A la entrada teníamos una especie de alfombra roja. A todo el que llegaba le tomábamos fotos posando con la madre a lado de la mesa decorada. Eran como cinco cámaras apuntando a la vez como si fueran papparazzi.



También fue la primera salida social de Eduardo Alejandro a quien estacionaron al lado de su amiguito y compañero de siesta, Luis Alejandro


Otra de las víctimas de la epidemia de embarazos, mi prima Nanny con su primer hijo, Adrian, y su nenita en la panza



Por supuesto que nunca puede faltar la esquinita de los chismes y los que llegan tarde y se pierden la alfombra roja pero no la foto con los homenajeados


Norberto, mejor conocido como El Portu, llegó de repente y como casi nunca va a ningún lado, apenas llegó todos salimos a llevarle vino. El es uno de los mejores jardineros que conozco, pero demasiado cotizado para pararle a mis ruegos. Creo que llevaba medio vaso cuando se metió en la palmera y en dos segundo me la podó. A lo mejor no podía beber en paz con la imagen de la palmera pidiendo un cariñito.


El Adrián resultó ser todo un artista. Cantó toda la tarde con baile y piruetas hasta que alguien le quitó el micrófono injustamente. Al fin y al cabo, era el que mejor cantaba.


Al igual que la semana pasada, Paola nos recordó que era hora de picar la torta.


La pasamos rico, pero llegó un momento en que todos los niños estaban cansados. Hasta el pobre Eduardo nos veía como preguntándose cuando lo íbamos a dejar en paz.

Alxandra abrió todos los regalos, mientras Mabel nos daba clases de para qué sirve cada cosa y me incluyo porque en mis tiempos, no había ni la cuarta parte de los aparatos que hay hoy en día para ayudarse con los niños.